TURNO 39 – Veintinueve
de febrero del año 340, Eras-Har.
Tras recibir el encargo de descubrir que le ha sucedido al joven
Eban, el grupo de aventureros y su compañero Dhao se infiltran al caer la noche
en el barrio norte. Sin los uniformes de la guardia, tratan de pasar
desapercibidos y buscan más información sobre el desaparecido y los
encapuchados negros.
Por desgracia, cuando están preguntando por el Agujero de Ratas,
un ratero reconoce a Fian como miembro de la milicia. Esto, junto a la violenta
intervención de Olf, desencadena una pelea, en que los lugareños rodean a los
dos soldados y a punto está de correr la sangre en la calle, y en la que Olf se
lleva un navajazo en el costado. Evitando el enfrentamiento, el
grupo se aleja de la plaza y recorre la zona de almacenes, que es donde las
habladurías sitúan los raptos. Ya de noche, se reparten por el barrio en
diferentes puntos, Mirul simulando ser una prostituta callejera, Fian un
cliente que busca algo, Olf por otro lado, y Orun y Dhao como traficantes de
poca monta. Pasa un tiempo sin ningún resultado, pero entonces Orun, que
aprovecha su habilidad para el disfraz para pasar desapercibido, descubre a una
figura que se mueve sigilosa sobre los tejados. Tras alertar a sus compañeros,
sigue sin ser visto al encapuchado, que baja a la calle y sigue moviéndose
entre las sombras. Por desgracia, el salvaje tropieza con los restos de una
caja rota y el ruido alerta a su presa, que se
vuelve y saca una maza de sus ropajes para hacerle frente. Orun esquiva
el ataque, y blande sus espadas para herir al encapuchado. Al llegar el resto
de compañeros, el hombre se vuelve y trata de huir, pero es atrapado
rápidamente.
Se trata de un hombre normal, pero vestido de negro y que lleva un
colgar con el símbolo del triángulo invertido con una llama en su centro, el
cual reconoce Fian como símbolo del Rey Dios.
El hombre admite que forma parte de un
grupo de religiosos seguidores de la sombra, que tienen su base en una iglesia
clandestina en un almacén abandonado.
Tras quitarle la toga negra, que se pone Orun sobre sus ropas,
dejan atado al hombre en un portal y se dirigen al almacén. Se trata de un
edificio de piedra en ruinas, con parte del techo en mal estado. El interior es
un cúmulo de cascotes y cajas rotas, pero buscan alguna entrada al templo
secreto, encontrando una trampilla que lleva a unas escaleras que descienden en
la oscuridad.
Por desgracia, mientras buscan, Mirul no se percata de que entra
en una zona inestable, y al mover una caja, una viga de madera le cae sobre la
rodilla, lastimándole severamente.
En ese momento, el grupo duda qué hacer a continuación, si entrar
a investigar la iglesia subterránea, o ir en busca del resto de patrullas y
regresar con una fuerza mayor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario