06 abril 2012

Crónicas de Valsorth - Turno 5


TURNO 5 – Nueve de enero del año 340, montañas Kehalas
El grupo de aventureros regresó a la cabaña después de un largo día. Por la mañana habían partido hacia el norte, a investigar la muerte del cazador y comprobar si eran ciertos los rumores que hablaban de un ser maldito que habitaba en un templo de las montañas. Tal y como les habían dicho en el pueblo, encontraron un rastro en el vado del río, donde alguien había arrastrado un cuerpo hacia lo alto de una ladera. Al llegar a un risco, encontraron lo que quedaba del cazador, apenas un puñado de despojos sangrientos. En ese instante, un ser de pesadilla apareció entre la maleza. Se trataba de un hombre deforme, grande como un gigante, con dos caras de rasgos estúpidos, y seis brazos que le salían de la espalda. El horror se lanzó sobre ellos, pero los aventureros le hirieron, haciéndole huir. El maldito saltó al vacío desde lo alto del risco y desapareció en la niebla.
Desde lo alto del risco, los aventureros descubrieron un edificio que aparecía excavado en la pared montañosa del norte. Parecía un templo muy antiguo, con inscripciones en un idioma desconocido. Olf descubrió una serie de huellas en la nieve, que entraban en el templo, pero sin poder precisar nada más. El grupo, dispuesto a poner solución al misterio, se adentró en el templo. Las ruinas estaban llenas de escombros, con las paredes adornadas con figuras y grabados. En una sala repleta de escombros, encontraron un antiguo libro, un diario que se deshizo en pedazos, pero del cual el paladín Fian pudo entender lo siguiente.
“Los dioses no habitan aquí... los hermanos se volvieron malditos... un horror de tres cabezas... la maldición los transformó... no dormir aquí”.
Por su parte, Olf golpeó con su hacha contra uno de los grabados, y el retumbar del acero se propagó por el subterráneo. Como una respuesta, el ruido de alguien que se movía llegó hasta donde se encontraban los aventureros.
A continuación, siguieron por el pasillo, hasta un arco de entrada, donde se encontraron con una sala de piedra, con varias estatuas totalmente desmoronadas y bancos de madera hechos trizas. Al fondo, sobre un altar de mármol blanco hay una pared, y en ella brillaban numerosas piezas de oro que adornaban la imagen de una diosa de la antigüedad. Sobre este púlpito, un engendro enorme devoraba una pierna de orko. Se trataba de un gigante azul, con el rostro deformado y unos brazos de un tamaño descomunal. A los lados, dos malditos más aguardaban a los aventureros. Se trataba de un elfo con garras alargadas y un hombre le han salido dos fauces en las manos, repletas de dientes amarillentos. Al descubrir a los PJs, los malditos se lanzan sobre ellos, pues eran un bocado mucho más apetitoso. Justo en ese instante, oyeron unos pasos a su espalda, y se volvieron para encontrarse con el engendro con el que habían luchado en la montaña. Atrapados, los aventureros se enfrentaron a los malditos, y no descansaron hasta que abatieron a la última de estas abominaciones.
Una vez finalizada la lucha, saquearon el grabado del fondo, haciéndose con 10 piezas de oro, y cargaron con las cabezas de los monstruos, para regresar cuanto antes de Rocavalle. Ya en el pueblo, explicaron la historia al capitán Ulkir, quien se sorprendió al oír que la historia del templo maléfico era cierta. Recompensó a los aventureros por su valor, y les explicó que iría junto a la abadesa Urala a investigar ese lugar y acabar con la maldición.
Agotados tras un largo día, los aventureros regresaron y descansaron durante la noche. Al amanecer del día siguiente, el temporal de viento sigue azotando el pueblo, en un viento helador que llega de las montañas del norte.

3 comentarios:

Tron dijo...

Buenas!

J.L. sería genial que os currarais un glosario del RdlS y que lo ofrecierais de forma gratuita desde NSR...

Taluego!

J.L.Lopez Morales dijo...

Un glosario? A que te refieres exactamente?

Tron dijo...

Lo que al final del manual de NSd20 es denominado "Índice Alfabético".

Taluego!