TURNO 12 – Catorce de enero del año 340, montañas Kehalas.
Al encontrar el moribundo gigante azul, Orun le propone a Olf el llevarlo al pueblo y ver qué le ha sucedido. Los dos hombres ayudan al gigante, que está consciente pero malherido, y vuelve a Rocavalle. Allí, un grupo de aldeanos se congrega al verles llegar con tan peculiar invitado.
Fian, se acerca a sus compañeros y utiliza su poder divino para paliar algo el sufrimiento del gigante, pero sus artes sólo logran mantener al gigante con vida. La abadesa Ruala ordena que lleven al herido a la iglesia, donde os devotos de Korth se harán cargo de curarlo.
Tras esto, Orun propone montar una expedición a un pueblo cercano, aunque Fian responde que no están teniendo éxito en convencer a los líderes de Rocavalle, así que menos tendrán en los otros pueblos.
Mientras, Mirul pasa la tarde en la iglesia, donde busca entre los libros de la pequeña biblioteca historia y conocimientos sobre la región y en especial sobre sus ruinas. Tras una hora hojeando los volúmenes, encuentra un libro que explica la historia de un nigromante que sirvió al Rey Dios y que tenía su guarida en la zona:
El hechicero Viis fue el creador de los gigantes azules. En su laboratorio en la parte oriental de las montañas Kehalas, utilizó sus artes oscuras y experimentó con los gigantes de las montañas, a los que mezcló con sangre de otras razas en busca de un soldado perfecto para los ejércitos de su amo. Multitud de ensayos salieron mal, dando lugar a aberraciones propias de la mente de un loco. La mayoría de ellas fueron sacrificadas, aunque otras pasaron a engrosar los horrores de las mazmorras bajo su fortaleza. Finalmente, usando sangre de orkos, elfos y otras razas, logró su objetivo, y los primeros gigantes azules llegaron a Valsorth.
Sin embargo, después de años de no ser más que carnaza prescindible, un gigante azul llamado Kurs llegó a la vida. Al igual que sus hermanos, desde su creación fue esclavizado y torturado, aunque su gran fuerza le valió un lugar en Vor, la fortaleza de hechicero donde servía como criado y guardián. El hechicero estaba muy orgulloso de las mejoras en el proceso de creación de los gigantes, que cada vez eran más fuertes y equilibrados. Tanto es así que Kurs, dotado de una inteligencia primitiva pero superior a la de sus congéneres, aprovechó su posición y eliminó a Viis, estrangulándolo con sus propias manos en los aposentos del hechicero. Una vez liberados, los gigantes redujeron la fortaleza a escombros y huyeron a sur.
Mientras, Orun se acerca al herrero local en busca de algún arma. Allí encuentra que el herrero ha forjado una daga de excelente factura y perfecto filo, que vende a un precio de 10 mp. El salvaje se despide del herrero y considera si hacerse con el arma. Después, el salvaje se dirige a hablar con el alcalde del pueblo, pero se encuentra con dos soldados a la puerta. Orun trata de convencerlos de que debe hablar con el alcalde y los soldados le impiden el paso, diciéndole que el alcalde no acepta visitas.
Por su parte, Mirul decide utilizar las hojas que encontró para hacer un veneno y elabora un frasco de veneno.
A su vez, el bárbaro Olf dedica la tarde a descansar y curar la herida que le produjo el oso.
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