13 junio 2012

Crónicas de Valsorth - Turno 9

TURNO 9 – Once de enero del año 340, montañas Kehalas.


En plena noche, Mirul lleva al goblin hasta los barracones de los Escudos de Liriam, donde entrega al pobre desgraciado a los hombres de Ulkir. El capitán de la guardia se muestra sorprendido al ver al monstruo.
- Mañana colgaremos a esta rata en la plaza del mercado –dice tajante, aunque acepta que la elfa lo interrogue antes.
Por su parte, Orun se dirige a la posada a reunirse con los lugareños que ya conoce de otras noches. El salvaje fanfarronea y juega con los puñales y les gana algo de dinero. También aprovecha para saber que caminos al norte son mejores para preparar una emboscada y el cazador Graven le explica que hay un paso al norte, camino alto, que es un desfiladero que atraviesa los riscos, donde se puede tender una emboscada o provocar un alud que sepulte el camino
El paladín Fian se acerca por la noche a la iglesia de Korth, donde habla con la abadesa Ruala y le pregunta sobre el templo de la maldición.
- En dos días iremos a extirpar la maldición –dice la mujer-. Garnia necesita descansar, pero no creo que tengamos problemas. Aún así, nos iría bien si nos acompañáis, no sea que nos encontremos con alguno de esos goblins que merodean por la región. Si estáis interesados, presentaros aquí pasado mañana, a primera hora. Por ello os pagaré 2 monedas de plata.
El bárbaro Olf se dirige al barrio oriental, al otro lado del río, donde pide hablar con el líder Olmak. Una vez en la cabaña, Olf se encuentra con una muchacha de cabellos rojos, vestida con pieles.
- Mi padre vendrá ahora –le dice con cierta hosquedad.
Olmak aparece entonces. Olf se muestra interesado por la chica, y le pregunta al líder bárbaro qué ha de hacer para tener a su hija.
- Ja, esa es mi hija Jessa –se ríe el hombre-. Es una mujer de verdad y no aceptará a un hombre menor. Si quieres tenerla, primero tendrás que probar tu valía. Trae una piel de oso, y te dejaré que cortejes a mi hija, aunque te advierto que tiene otros pretendientes, como Durik.
Olf sale de la casa. Jessa le observa desde el cobertizo, donde corta leña para la chimenea.

Los aventureros duermen en la casa hasta la mañana. A primera hora, el grupo va a los barracones de la guardia. Mirul pide poder hablar con el goblin, mientras que Olf y Fian se interesan por trabajar como guardias de la ciudad. Orun trata de convencer al capitán de la necesidad de armar a los bárbaros y reforzar las defensas del pueblo.
Mirul va a las mazmorras, donde el goblin ha pasado la noche encerrado. La elfa se comunica de manera tosca con el goblin, y trata de interrogarlo sobre lo que sabe y logra sonsacarle su historia:
- Mi pueblo fue expulsado de las montañas por las hordas de orkos –dice el goblin, ante las amenazas de la mujer de convertirlo en una rata-. Nos instalamos en las cuevas de Pico Jiria, pero llegaron tres grandes orkos que se hicieron con el mando y mataron a varios de los nuestros. Hay mucha actividad en las montañas, orkos, trolls, titanes y cosas peores, gentes muy grande que no quieren a los goblins.
La criatura gimotea pero no tiene más información.
Poco después, el salvaje Orun se reúne con el capitán Ulkir, y le explica la necesidad de armar a los bárbaros y fortificar el pueblo.
- Lo último que necesitamos es armar a esa chusma –se niega el capitán-. De todas maneras, hablaré con el alcalde Bornas sobre tus inquietudes. Quizás podamos contratar a más soldados y reforzar nuestras defensas.
Por su parte, Olf y Fian se entrevistan con el capitán Ulkir para entrar en la guardia.
- Normalmente no aceptamos reclutas así como así en los Escudos de Liriam –dice el hombre, que mira con cierto desdén a Olf-. Pero nos encontramos en una situación extraordinaria. Si demostráis ser dignos, os aceptaré en la guardia. Vuestro cometido será patrullar el pueblo desde la salida del sol al atardecer. Por ello recibiréis 2 monedas de plata, comida caliente y un jergón en los barracones.Los dos hombres se unen a los soldados para probar su destreza con las armas y se enfrentan a un par de soldados en combate amistoso. Ulkir acepta de buen grado a Fian, pero niega a Olf el poder ser guardia. Quizás otro día, le aconseja con cierta sorna.
- Preséntate mañana a primera hora aquí para tu primer día de trabajo –le dice Ulkir a Fian y regresa al interior del edificio.
Con la llegada de la tarde, un viento frío del norte azota el valle y levanta la nieve en violentos remolinos. A lo lejos, el aullido de un lobo se pierde en la distancia.



2 comentarios:

Cronista dijo...

No sabía que también hubiese goblins en Valsorth. ¿Has incluído alguna otra de las razas más "clásicas", como los kobolds, hobgoblins, bugbears y demás?

J.L.Lopez Morales dijo...

Buenas.

Sí, los goblins y kobolds existen en Valsorth. De las otras razas que comentas no se sabe nada.